Sí, un directivo puede tirar la toalla y dejar el liderazgo de proyectos y empresas si siente que no puede seguir liderándolos o cree que su trabajo ya no cumple con sus objetivos personales o profesionales.
A veces, un cambio de dirección o un cambio en la situación personal pueden hacer que un profesional decida dejar su puesto o cambiar de carrera. Y esto no le hace menos líder.
Pero es importante que un líder tome la decisión de abandonar un proyecto después de considerar cuidadosamente todas las opciones y evaluar si su renuncia tendrá un impacto negativo en la organización y su equipo.
Si un líder decide renunciar, es importante que lo haga de forma profesional y ética, asegurando una transición suave para el equipo y para la organización. El legado que dejamos en una empresa y sus personas nos hace ser más líderes.
Aunque pueda ser difícil tomar una decisión así, en ocasiones es necesario hacerlo para seguir adelante con una determinada carrera profesional o para cumplir con objetivos personales incompatibles con la posición de liderazgo que se ocupa.
En un mundo muy exigente y con retos constantes es importante mantenerse motivado, creer que los proyectos que se lideran son posibles, retadores y estimulantes. Si no es así, si nos vemos desbordados o no alineados, lo mejor es dejarlo y buscar nuevos caminos antes de decepcionarse, llegar a situaciones de estrés o incluso una depresión.