Se habla mucho de talento y creo que con esa palabra decimos cosas muy diferentes. Por eso me gustaría iniciar este post definiendo lo que, para mí, es el talento mediante una sencilla fórmula:
TALENTO = CONOCIMIENTO X COMPROMISO
Porque por altas que sean las competencias técnicas y las capacidades profesionales, solo sirven si se entregan mediante el compromiso con una idea, con un propósito.
El concepto de talento ha evolucionado mucho en los últimos tiempos, al igual que lo han hecho los sistemas de gestión de ese talento y los motivadores que hacen que los profesionales quieran permanecer en un determinado proyecto.
Si bien la motivación es algo que todo trabajador debe traer de “casa”, es responsabilidad de las empresas conseguir que los profesionales se sientan comprometidos con el proyecto que tienen delante, porque solo así conseguiremos verdadero talento.
Se suele decir que las nuevas generaciones ya no tienen compromiso, y eso no es así. Simplemente, ha cambiado drásticamente el paradigma laboral y los motivadores de estas generaciones. El talento ya no se mueve por aspectos puramente económicos o de carrera, como solía pasar, sino que lo hace por identificación con los valores, por los retos que se le ponen delante, por la aportación de valor personal que reciben en forma de aprendizaje constante, por la capacidad de aportar ideas y sentirse parte de la estrategia de la empresa y por la flexibilidad y gestión de su libertad dentro de la organización.
La comunicación, a todos los niveles, del porqué de la estrategia y los valores y la capacidad de hacer que todo el mundo se sienta partícipe de un proyecto común son factores que atraen y vinculan talento. Asimismo, todos los valores de sostenibilidad, medio ambiente y las políticas de cero residuos de las compañías, pasan a ser puntos importantes a la hora de comprometerse con uno u otro proyecto.
Actualmente, los profesionales ya saben que estamos en un mundo lleno de incertidumbres y no piensan en carreras de largo recorrido, sino en que estas se construyan en un día a día que confirme la ilusión por lo que se hace y por lo que se aporta.
Las empresas se tienen que reinventar para poder adaptarse a lo que necesita cada generación para estar comprometida. El compromiso obliga a la humildad de intentar para conseguir sin desfallecer cuando las cosas no salen bien, exige tenacidad y valor para emprender y corregir. Es fundamental conseguir que nuestro talento tenga ese compromiso con un proyecto, idea, o propósito, ya que así multiplicaremos los conocimientos, capacidades y competencias que tiene ese profesional. Ese es el mayor reto que actualmente tenemos.
Tania Planes
Socia. Gerente de Executive Search