En uno de los consejos en los que participo como Family Business Advisor, trabajábamos con la nueva generación de propietarios sobre un tema que inquieta a casi todas las empresas: la rotación de personas clave.
Uno de ellos comentaba que, comparándose con sus competidores, se consideraba afortunado: su índice de rotación era claramente inferior al mercado a pesar de estar en un sector tan volátil como el tecnológico.
La clave, según él, había sido una decisión tomada dos años antes: incorporar al Consejo a un profesional experto en gestión del talento (que, en este caso, era yo). Pero lo importante no es la persona, sino el rol.
¿Por qué?
Porque decidieron apostar por un “plan de lealtad” en lugar de un “plan de retención».
Y la diferencia es enorme:
La retención pone toda la responsabilidad en la empresa. La lealtad es un vínculo bidireccional: empresa–persona.
En este consejo definimos la lealtad como el compromiso profesional de los miembros de una empresa, que se expresa en orgullo de pertenencia, generosidad en la entrega y preferencia por estar en el proyecto, aunque existan alternativas económicas mejores.
Lealtad es confianza, vínculo emocional y coherencia con los valores.
¿Cómo construir ese tipo de lealtad? Pusimos en marcha un plan con cinco ejes:
Mejorar la fórmula de valor recibido por esfuerzo realizado.
Un plan de mentoría interna más allá del conocimiento técnico. Acompañar para el éxito.
Participación real en decisiones que afectan a cada persona.
Visibilidad estratégica. Sentirse parte nuclear de un todo colectivo.
Comunicación transparente sobre la evolución de la empresa.
Los resultados han sido claros y la conclusión diáfana.
Cuando desde el Gobierno Corporativo se dedica tiempo a las personas y se les da la misma prioridad que a los resultados (unos sin los otros son imposibles), lo que para unos es una amenaza para otros se convierte en una oportunidad.
Una reflexión: las empresas que no reservan en sus Consejos espacio para hablar de lo que realmente sostiene cualquier proyecto, su talento, corren el riesgo de perderlo.
Las que sí lo hacen, avanzan con más estabilidad, más compromiso y más futuro.
Juanjo Planes
Presidente de Konsac
